Por la fecha 22 del Torneo de la BN Huracán recibió a Rosario Central buscando subirse al último tren en la lucha por el regreso a Primera División.
Con un planteo ridículo que incluyó a Vega de volante por derecha y un doble cinco conformado por dos volantes sin marca como Busse y Giménez, Llop perdió el partido desde el vestuario. No conforme con esta formación absurda, las modificaciones realizadas en el segundo tiempo le posibilitaron a los canallas afianzarse en la punta del Campeonato.
Desde el comienzo del encuentro Central lució ordenado y atacó por el costado izquierdo de Huracán. Encina, sin una marca fija, desequilibró la marca de Sotelo, generando peligro en el área de Islas en la que Ferrero tuvo un deslucido nivel y tuvo que ser socorrido constantemente por Erramuspe.
Huracán con la misma falta de conceptos de todo el ciclo Llop y con un mediocampo improvisado abusó del pelotazo a Barrales y jamás intentó tener la pelota en los pies de Bustos o Defederico, quien contó con la más clara del primer tiempo con un buen tiro libre contenido por Caranta.
En el complemento Huracán perdió el envión de los últimos quince y fue puro desorden. Antes de los diez minutos Toledo pudo abrir el marcador en tres oportunidades. El técnico de Central, Miguel Russo, con una línea de cinco bien definida y mucho orden en todas las líneas no veía con malos ojos el empate.
Los dos jugadores que podían tener la pelota y desnivelar en velocidad dejaron la cancha cuando Llop mandó al campo a Milano por Defederico -visiblemente enojado-, y al juvenil Casais por Bustos.
Absurdamente Vega siguió naufragando en su puesto de volante por derecha mientras que Milano por adentro no tuvo con quien asociarse. Para colmo de males, en otro desacierto táctico, Chacón ingresó por Vega y Huracán siguió siendo un manojo de pelotazos e inconexiones.
A los 31 Caranta desvió un buen cabezazo de Matías Giménez y siete minutos más tarde, tras un pelotazo largo, Carrizo sacó un tremendo remate desde afuera del área marcando el gol de la victoria para los rosarinos.
Al igual que contra Gimnasia se volvió a perder un partido de esos que se debía ganar para ilusionarse con el ascenso. Como en toda la era Llop Huracán no pudo poner la pelota en el piso y armar con dos o tres pases seguidos alguna jugada asociada. Por el contrario, nuevamente la herramienta fue el centro de Barrales o las estocadas de Mancinelli, devenido en wing derecho.
Los malos rendimientos de muchos jugadores, el préstamo “políticamente correcto” de Eduardo Domínguez a Atlético Rafaela, la mala relación de Llop con el plantel -matizada por esa racha de cuatro triunfos consecutivos-, nos depositan en esta triste realidad en la que tenemos que volver a preocuparnos por el descenso como único objetivo para este Torneo.
Del mismo modo que con Juan Amador Sánchez, Cocca y Rivoira, otro ciclo volvió a fracasar tempranamente. Esta Comisión Directiva debe hacer una fuerte autocrítica en cuanto a las decisiones tomadas en los armados de los cuerpos técnicos y planteles profesionales si es que su deseo sigue siendo, como el de todos nosotros, que Huracán juegue bien y regrese a Primera.
En este clima de silbidos que huele a ciclo terminado, se viene Deportivo Merlo, un partido muy importante para comenzar a sumar y no tener que sufrir los sobresaltos del año pasado.
Fuente:
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