En la última bola de la tarde, Emiliano Ronconi le dio el agónico empate a Chicago en el clásico ante Morón. El "Gallo" fue mejor en el primer tiempo y se puso en ventaja con el golazo de Gerardo Martínez. Pero en el complemento, el local hizo méritos para empatar el partido y chocó con su ineficacia. La visita se replegó demasiado y lo pagó caro.
Era un clásico, y así se jugó, así se vivió y así tuvo los condimentos que todo clásico necesita. Jugar bien en este tipo de partidos es difícil y si encima le sumamos nuevamente el pésimo estado del campo de juego de Chicago (que mejora lentamente fecha a fecha), no encontramos virtuosidad en el juego. Pero hubo empuje, fuerza, se metió mucho, hubo emociones hasta el final, expulsiones, quedos en el juego y gol agónico.
Ese gol agónico desató la alegría del que a priori el punto no le servía, y dejó con lamentos al que el empate no le sentía tan mal cuando pitó Lamolina. Por cómo se dio el desarrollo, no está mal que Chicago festeje el punto y tampoco está mal que Morón se lamente por los puntos perdidos. Y no porque haya merecido ganar, de hecho la igualdad es el resultado más justo, y si me apuran un poco, el local hizo algún mérito más para ganarlo, sino porque el "Gallo" se replegó demasiado, resignó por completo el ataque, jugó con un jugador más alrededor de 25 minutos y así todo terminó arrinconado contra Migliardi, empujado por la garra y el corazón del "Torito" que generó una tras otra situación de gol y por impericia y mala suerte tuvo que esperar hasta la última pelota, cuando Ronconi tomó el rebote de una atajada (tuvo varias) del golero a "Gomito".
El primer tiempo comenzó parejo, con muchas imprecisiones, con más lucha que juego y allí el amplio dominador fue Morón que con Granero como estandarte ganó el medio, le cortó los circuitos de juego al "Verdinegro" y cuando el melenudo recuperaba, se la daba a Gerardo Martínez, el más claro del partido hasta que salió cansado. El 10 del "Gallo" estuvo participativo en el equipo, colaboró en el retroceso, ocupó bien los espacios, fue inteligente para moverse y fue el organizador de cada ataque. Chicago mantuvo la idea de jugar por abajo con Gómez, Peyrán y Melo como líderes, más Fernándes Francou (ningún negado con la pelota) que pivoteaba pero sólo era claro cuando quedaba frente al arco ya que de espaldas perdía mucho. Peyrán y Melo cambiaban de lado constantemente pero no podían afianzarse en ninguno de los dos y a "Gomito" se lo diglutía el doble cinco visitante, por ende, salvo cuando rompían Bochi y Pérez, Chicago no tenía sorpresa ni llegadas, ya que Ronconi además participaba poco del ataque. Y para colmo de males, en varios momentos la línea de tres tuvo desordenada y dejó huecos para la contra clara de Morón. En una de ellas, Cérica quedó sólo ante Tauber y el 1 del local ganó el duelo.
Poco pasaba en cuanto a situaciones pero se veía al "Gallo" más ordenado, sin sobresaltos en defensa al que le faltaba fuerza en ataque por las dolencias musculares de Akerman. Cuando llegó el sorpresivo zapatazo de Gerardo Martínez de más de 30 metros, nadie negó que estaba bien que la visita estuviera en ventaja. Lo que le faltaba al enganche, clavarla en el ángulo post travesaño con semejante violencia. Golazo.
Sintió el impacto el dueño de casa, se volvió más impreciso, perdió claridad en los pocos que tenían, Morón le copó el medio aún más y al entretiempo era el mejor.
Cambió radicalmente el complemento, hubo un cambio fundamental, Montenegro por Melo. No por la actuación del delantero que distó mucho de ser buena, sino porque tácticamente Chicagó le ganó el dueloa Morón. Con Montenegro de faro, Francou fue por los costados y allí el ex Vélez mostró su categoría. Peyrán fue definitivamente por izquierda para dejarle el zurco derecho a Ronconi y "Gomito" terminó como extremo izquierdo. Allí pesó el capitán, allí ganó cada vez que encaró y desde ese sector se generaron las clarísimas situaciones de gol. Montenegro perdió abajo del arco ante Migliardi, Ronconi de palomita en el área chica la tiró afuera, Francou llegó con lo justo a definir por encima del capitán visitante que ayudado por la defensa pudo ganar la pelota.
Finarolli rompió el doble cinco, afuera el endeble Pérez y adentro un puntero que fue más volante que delantero, Abdala. Justo cuando Morón perdió por cansancio a su mejor hombre, a Martínez, Lanaro infantilmente se hizo amonestar por segunda vez y dejó a su equipo con 10. Estaba jugado el local, marcaba hombre a hombre abajo, peleaba en el medio con el ingreso de Scifo y sobretodo con el mejor del local y del segundo tiempo, Bochi. El cordobés marcó, jugó, administró, relevó y hasta se animó a pisar el área. En los últimos quince se cayó, se desmoronó el castillo de Morón, increíblemente quedó con sus 10 jugadores de campo en su terreno, no generó contras ante un equipo 100% vulnerable debido a la situación de juego y se olvidó de atacar. Granero se siguió debatiendo ante todos pero cuando pasaban la línea del 5, abajo era endeble. Chicago le llegó por todos lados y las situaciones perdidas se repetían en los pies de "Gomito", Montenegro y Francou.
Parecía que el 1 a 0 era inmodificable, parecía que esos goles errados marcaban que Migliardi no sería vulnerado esta tarde en Mataderos. Pero el "Torito" siguió creyendo en sí mismo, apoyado y empujado por una multitud, metió al "Gallo" casi en su arco y así, Ronconi encontró en soledad un rebote de otra atajada más de Migliardi ante Gómez y puso justicia en el clásico.
No bien jugado, pero clásico como corresponde, con emociones, con angustias, con garra y corazón.
A pesar del desconsuelo por los puntos perdidos, Morón deberá reforzar a futuro ese primer tiempo, creer en Gerardo Martínez y aferrarse a la pelea de Granero. A pesar de la felicidad del punto y el invicto salvados al final, Chicago deberá recapacitar en no perder un tiempo, en que Francou rinde más con un centroatacante que sólo y en ser más constante en la presión.
SINTESIS
NUEVA CHICAGO (1): Nicolás Tauber; Matías Escudero, Germán Lanaro, Nicolás Sainz; Emiliano Ronconi, Roberto Bochi, Hernán Pérez (63, Elian Abdala), Alejandro Melo (ET, Andrés Montenegro); Christian Gómez(c); Martín Peyrán (70, Adrián Scifo) y Emmanuel Fernándes Francou. DT: Mario Finarolli.
Suplentes: Daniel Monllor, Mario Mussón, Ariel Coronel y Víctor Isaac Acosta.
DEPORTIVO MORON (1): Alejandro Migliardi(c); Ariel Otermín, Ariel Berón, Emiliano Mayola; Gastón Sánchez (67, Luis Ferreyra), Martín Granero, Hernán Parentini, Mariano Barbieri; Gerardo Martínez (61, Esteban González); Ezequiel Cérica y Damián Akerman (ET, Mariano Martínez). DT: Mario Grana.
Suplentes: Juan Cruz Leguizamón, Gonzalo Juárez, Leandro Rodríguez y Mariano Messera.
GOLES: (22) Gerardo Martínez (DM); (93) Emiliano Ronconi (NCH).
AMONESTADOS: Lanaro, Ronconi, Fernándes Francou (NCH); Migliardi, Sánchez, Parentini, Barbieri (DM).
EXPULSADOS: (69) Germán Lanaro (NCH), por doble amarilla.
INCIDENCIAS: Se jugó sin público visitante.
ARBITRO: Nicolás Lamolina (bien).
ASISTENTES: Andrés Prendel y Osvaldo Marconi.
CUARTO ARBITRO: Leonardo Rey Hilfer.
LA FIGURA: Martín Granero (DM).
ESTADIO: Nueva Chicago.
CAMPO DE JUEGO: Malo.
PUBLICO: 11.000 personas aprox.
Fuente: Mundo Ascenso
Editado por Dai Almirón
@morochha17