Venía de irse a las manos ante Lanús.
La gélida mañana del Nuevo Gasómetro no ofrecía demasiado. Luego de un apático primer encuentro entre los suplentes, los habituales titulares protagonizaban un partido para el olvido. Sin embargo, con el correr de los minutos, el frío comenzó a desaparecer. ¿Qué pasó? Juan Pablo Rodríguez y Néstor Ortigoza se cruzaron feo en el primer tiempo y el partido corrió riesgo de suspensión... Otra vez.
Apenas habían pasado unos minutos cuando el Uru y Orti tuvieron el primer encontronazo. Tras perder la pelota con Rodríguez, el volante central de San Lorenzo le tiró un guadañazo que el árbitro Giménez no dejó pasar. Pero lo grave fue la reacción posterior de Ortigoza (venía de la escaramuza con Venezuela), quien le pegó un pelotazo al uruguayo cuando todavía estaba caído. Esa reacción fue uno de los argumentos para que el cruce subiera de tono. A partir de ahí, se amenazaron cada vez que la pelota los puso frente a frente. Cansado de escucharlos -sobre todo a JP, quien la siguió largo-, el juez le pidió al técnico de All Boys, Pepe Romero, que lo sacara. E incluso amenazó con suspender el partido ante la negativa del Uru de abandonar el campo. Aunque finalmente Rodríguez no salió, la amenaza del juez actuó como un calmante de acción ultra veloz y el partido pudo continuar.
Hace exactamente una semana, All Boys tuvo que suspender el amistoso que estaba disputando frente a Lanús en el Sur luego de que Mauro Camoranesi le pegara un terrible derechazo a, justamente, Juan Pablo Rodríguez, quien prometió revancha. Si bien ayer el conflicto no llegó a las piñas, el resultado pudo haber sido el mismo: la suspensión. La intromisión del árbitro, en este caso, fue positiva. Desde su amenaza, Giménez logró bajarle un cambio a un duelo que de la mano de Ortigoza y JP comenzaba a calentarse. Por suerte no pasó a mayores y el partido pudo terminar como indica el reglamento: con el pitazo final del árbitro.
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