Tras el 1-0 a Banfield, de búsqueda más terrenal, Asad aceptó “resignar juego” si el partido lo exige. ¿Sube al bondi?
El último partido (y triunfo, un detalle no menor en la actualidad del CASLA) le ofreció una lección gratuita a Omar Asad, que no lo empuja a quemar pergaminos ni ideas, por supuesto, pero, ante las necesidades, sí lo invita a, cómo decirlo, flexibilizarlas. En la conferencia de ayer, digerido el 1-0 ante Banfield, en el que el Taladro le manejó la pelota en buena parte del cruce, pero la afectividad le cambió el ánimo al Ciclón, el Turco blanqueó la postura más abierta, al menos desde la dialéctica. “La idea es no renunciar nunca a lo que a uno le gusta, pero si tengo que pensar en resignar un poco el juego, bienvenido sea. Habrá partidos en los que habrá que ser más amarretes. No lo siento así, pero hay que acostumbrarse por el bien del equipo y de los jugadores”, se acomodó a un molde práctico.
El técnico mantuvo su saludable discurso de búsqueda desde su arribo a San Lorenzo. Sin embargo, con la presión a fondo, en pocos encuentros y de a lapsos su conjunto logró llevarlo al césped. La ausencia de resultados positivos empujó a los vaivenes al banco que lo cobija. Incluso, su dibujo predilecto, con tres hombres en el fondo, estuvo en discusión, hasta en la interna. Por caso, ante Banfield, a Asad se lo vio debatiendo en continuado con Jonathan Bottinelli para encontrar el equilibrio defensivo, en trío o cuarteto. “Con el esquema del último partido también hemos jugado bien. El tema es que salir a jugar de una manera, cuando sos local, hace que en algún momento te descuides”, amplió su explicación el entrenador.
El Turco es responsable, también, de que las formas se transformaran en tópico a observar en Boedo. Es que, luego de la caída 1-0 ante Lanús en la fecha debut del Apertura, fue el propio coach el que se enojó con el planteo adversario y reclamó: “Lanús puso dos micros atrás, le hace mal al fútbol”. Luego, la declaración terminó en boomerang con otros técnicos. Miguel Russo, de Estudiantes y, sobre todo, Ricardo La Volpe en la última fecha, replicaron al técnico Cuervo cuando tuvo que delinear trazos de aguante. Ahora, Asad apuesta a hablar de un plan quizá menos atractivo, pero más terrenal, que no implica la deposición de banderas pero, al menos, sí un corrimiento de las mismas del centro de la escena.
Habrá que ver cómo planifica el DT el choque del martes ante Arsenal. Si amarroca palomas o las suelta con cuidado, sin que se le vuele la jaula.
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