El ex líder de "La 12" acusó a la dirigencia de provocar el enfrentamiento con Mauro Martín, el actual cabecilla. Pidió tener el mismo trato que su rival y sugirió su grupo obtuvo entradas por intermedio del presidente Jorge Ameal
Rafael Di Zeo reapareció hoy tras presentarse el domingo en La Bombonera y, en un ámbito de absoluta impunidad, reclamó un trato igualitario "con el resto de los que llaman barrabravas"; sugirió que obtuvo su entrada gracias a uno de los más altos dirigentes y alertó: "Si hoy hay un choque, las hinchadas se matan".
"Hace un año atrás le dije a la dirigencia de Boca que nos juntemos y tratemos de arreglar las cosas hablando, pasa que se hicieron los giles (sic) y entonces cuando hay un problema la culpa es mía", expresó el hincha en radio La Red.
Haciendo gala de su poder, en tanto, Di Zeo pidió respuestas sobre su situación: "Que alguien me diga por qué no puedo ir a la cancha y ellos sí", en referencia al bando que responde a Mauro Martín.
Mientras tanto, sugirió que si el domingo fue a La Bombonera para el partido con Atlético Rafaela fue porque uno de los más altos dirigentes le dio la entrada –esa a la que miles de socios no pueden acceder por cuestiones de espacio–: "Me la dio el mismo dirigente que le da las entradas a Mauro", indicó.
Di Zeo, quien estuvo preso durante dos años por diferentes ilícitos relacionados con su "tarea" de liderar la hinchada de Boca y continúa con causas abiertas, dijo: "La dirigencia mira para otro lado, porque yo tengo toda la voluntad para que todo se arregle, pero ellos estiran el problema".
Aunque no fue explícito a la hora de especificar el problema con Mauro Martín, aseguró que el mismo no se trata del liderazgo de "La 12".
"Yo propuse hablar y no tengo problemas de que él se quede al frente siempre que estemos unidos. Pero acá el tema es por qué yo no puedo ir a la cancha o tengo que hacerlo del lado de los visitantes", volvió a exponer.
Además, Di Zeo aseguró que seguirá yendo a la cancha y que incluso podría asistir al estadio de Vélez, el próximo domingo, siempre y cuando el Comité de Seguridad no determine que ese partido se jugará sin público, tal como parece.
Por último, y como muestra de su absoluto despotismo, declaró: "Yo no quiero una confrontación para no hacerle mal a Boca, pero me obligan".
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