Cuando menos se lo esperaba, en Boca se vivieron los primeros momentos de tensión entre los principales directivos de la Comisión Directiva de la institución y el entrenador de Carlos Bianchi. Pero no sucedió por nada relacionado a la fuerte personalidad del "Virrey", sino que se generó por una movida de Vélez Sarsfield que tuvo éxito en el mercado de pases: la llegada de Fernando Gago.
Sucede que cuando ambas partes se sentaron a comienzos de año para delinear los tres refuerzos que llegarían a la institución para afrontar la triple competencia, se decidieron con unanimidad los puestos a reforzar: zaguero, mediocampista central y un delantero. Por el primero costó y se barajaron varias alternativas, pero llegó Claudio Pérez; mientras que por el atacante se hizo un descomunal esfuerzo económico para adquirir a Juan Manuel Martínez.
Sin embargo, las complicaciones se iniciaron cuando hubo que determinar el nombre del '5' que iban a buscar. Como en cada apertura del período de transferencias, la chance de volver a contar con Fernando Gago apareció en escena y fue tomando fuerza con el paso de los días. Sin ir más lejos, los números del contrato no eran un problema, el acuerdo tácito existía con su apoderado y encima favorecía la situación de conflicto que mantenía "Pintita" con los españoles.
Pero fiel a su costumbre de apostar por los futbolistas de "hambre" y no por los consagrados, el director técnico exigió la incorporación de Ribair Rodríguez, sin rodaje en el Siena de Italia, y descartó la vuelta de Gago al país. Hasta ese momento no había sido un gran problema la decisión pero... Apareció el último campeón del fútbol argentino y modificó los planes.
Apenas enterados del arreglo entre el conjunto de Liniers y el ídolo de la entidad de La Ribera, unos cuantos integrantes del gobierno de Boca se tomaron la cabeza y masticaron bronca e indignación; le atribuyeron la culpa a Bianchi por lo sucedido y lo responsabilizaron por el episodio que también fastidió a los socios y simpatizantes ¿Por qué? Es que realmente sentían que el retorno del jugador estaba "servido en bandeja" pero no fue posible por un "capricho" del DT.
Así las cosas, en Boca lamentan como nunca no haber repatriado al hombre de la Selección y encima ven a Vélez muy bien aspectado en la lucha directa por el título del Torneo Final, como así también de la Copa Libertadores. Serán fundamentales los triunfos y las alegrías deportivas para prolongar la armonía en la convivencia entre los diversos sectores, aunque ya se encendió la señal de alerta a partir de hoy.
Fuente: Playfutbol
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