A 19 puntos del puntero Olimpo de Bahía Blanca y a 14 de Banfield, tercero y el último en zona de ascenso, con 18 partidos y 54 unidades todavía por disputar, la Gloria parece futbolísticamente inhabilitada para intentar la recuperación del terreno perdido en la primera rueda y poder arrimarse al podio del campeonato.
Dejó tan escaso margen al optimismo el angustioso 1-1 ante Deportivo Merlo que el técnico Frank Darío Kudelka se marchó del campo de juego haciendo gestos de visible disconformidad con la producción del equipo y optó por no hablar con los medios cordobeses que lo esperaron vanamente en la calle a la salida del estadio.
Por su parte, las palabras del capitán Raúl Damiani no dejaron dudas. “Jugando así será muy difícil mejorar lo que hicimos”, expresó el lateral derecho, quien reconoció que fuera de cualquier posibilidad de meterse en la pelea por un ascenso “habrá que preocuparse por sumar la mayor cantidad de puntos para no pelear el descenso en la próxima temporada”.
¿Es tan así? ¿Está Instituto ya fuera de carrera? Desde lo numérico, las cuentas siguen cerrando y habrá que dar pelea mientras sea de este modo.
El tema es que la proyección del rendimiento albirrojo no le concede nada a la ilusión. Ganó apenas 4 de los 20 partidos que jugó (uno de cada cinco), y junto con Brown y Chicago compone el trío que menos ha triunfado en lo que va del torneo.
También es uno de los tres que menos goles han marcado (16, al igual que Merlo y Boca Unidos). Y aunque sus 22 goles en contra hablan de un aceptable rendimiento defensivo, su escaso poder de ataque condiciona cualquier cálculo que pueda hacerse de cara a lo que se viene.
Pero no todo pasa por la especulación de los números. Desde lo estrictamente futbolístico, ayer hubo pocas respuestas.
Y algunas decisiones de Kudelka no rindieron dividendos: como doble volante central parado al lado de Federico Vismara, el arco rival le queda demasiado lejos a Christian Bernardi, cuyo buen manejo de la pelota y atrevimiento podrían acompañar mejor a Javier Velázquez, otra vez obligado a jugar excesivamente solo y muchas veces de espaldas al área adversaria.
Pablo Burzio da la impresión de no sentirse cómodo arrancando desde tan atrás por la derecha, y de quedarse a mitad de camino entre la necesidad de dar una mano en el medio en la recuperación de la pelota y de soltarse en ataque.
Y Gonzalo Bazán parece más picante por la derecha, donde hace valer su condición de zurdo cortando hacia adentro, que por la izquierda, donde muchas veces termina abierto y forzado al centro o al pelotazo.
Falta mucho. Pero, en verdad, no falta tanto. En otro momento, 54 puntos por jugar encerrarían un mundo de posibilidades para Instituto. Pero está tan demorado su arranque, tiene tanto por recuperar, que resulta indispensable que se ponga en marcha cuanto antes para ver si, al menos, el cierre de la temporada lo sorprende en posiciones más decorosas, más cercanas a la punta de la tabla.
Ayer se perdió una gran oportunidad de hacerlo ante un rival incómodo pero accesible. El sábado frente a Almirante Brown en Alta Córdoba, la Gloria tendrá otra ocasión para lavarse la cara de tanta mediocridad.
Fuente: http://mundod.lavoz.com.ar/
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