Se viene el reparto de pecheras a los titulares. No hay sorpresas, salvo por el regreso de Líder Mármol (cumplió fecha de suspensión) por Francisco Dutari a la zaga central. Era un hecho la variante. Entonces, sin imponderables sobre la marcha, la sesión de 11 contra 11 entra a rodar. Y los titulares no perdonan. Complican sin la pelota y con ella. Asfixian y obligan al error. Y las fallas se pagan con goles.
El carril derecho es la autopista del momento. Luis Miguel, el cantante del gol, hace una de categoría, tira un sombrero y le revienta la humanidad al chico Flores. Merecía ser un golazo; sin embargo el juvenil le puso el pecho y le amaga el canto a "Pulguita". No puede con Barrado que toma el rebote y liquida. El "decano" está sobre ruedas. Pasan unos minutos y viene otra de Rodríguez, que pasa por caja y cambia su suerte desde los 12 pasos. Luego, cuando el 4 a 0 era parte del pasado, con otro tanto de Diego Armando y cierre de caja de Ballini, el héroe de Simoca le baja el pulgar al penal convertido. "No, no, los penales no sirven para cortar rachas. Tampoco vale acá".
Tiene razón el amigo. "Me preocupa más hacer goles en los partidos y con jugadas. Los penales son una suerte, los arqueros adivinan", explica justo cuando, sonrisa mediante, ajusta sus sensaciones al choque de mañana en La Plata.
"Es un partido importante, que puede servir para descontar tres puntos. Más porque juegan Central-Olimpo, que pueden también llegar a descontarse entre sí. El nuestro es un encuentro importantantísimo", califica la operación "lobo" el goleador de la B Nacional. "Hay que ganar para seguir en la pelea. De lo contrario, estaríamos más lejos de lo que estamos y nuestras chances serían menores", supone Luis en caso de que haya un tropiezo en el Bosque platense. Pero sólo es eso, una suposición, porque, como él dice, a las finales hay que enfrentarlas como tales. "Es una de 14 que nos restan".
Como una final
Si el duelo se resuelve a matar o morir, Rodríguez no lo cree. "No sé si es para tanto. Es una final y hay que ganarla. Y si no se puede descontar, tampoco debemos permitir que ellos se alejen".
Depende de cómo se de, el empate no es malo. ¿Y la clave del éxito? "Hay que jugar como lo veníamos haciendo, levantar el nivel en lo personal y en lo grupal. Si volvemos a ser los que estuvimos 12 fechas invictos, a cualquier equipo se le va hacer difícil derrotarnos".
¿Hay bronca personal? "No, no estoy enojado ni me siento cansado. Por ahí en estos últimos partidos no se dio el gol, pero estoy bien. Es muy difícil mantener un nivel tan alto como meter 14 goles. Quiero levantar por el bien de Atlético y mío también", sostiene.
La presión es un factor de peso en partidos donde los medios pueden hacer la diferencia, sin embargo... "No sé si 'la presión' es todo. Si presionamos y no jugamos, creo que vamos a terminar debajo del arco los 11 más los siete del banco y Ricardo que está ahí, ja, ja".
Fuente: La Gaceta
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