El allanamiento que realizó ayer la división Homicidios de la Policía Federal le generó un enorme dolor de cabeza al "Fortín". Mientras se buscaban más pistas para esclarecer el fallecimiento de Diego Bogado, se halló un salón con alarma y con acceso sólo permitido a los miembros de La Pandilla de Liniers. El lugar está ubicado en un subsuelo del estadio y pegado a la sala de máquinas. Los dirigentes del club, complicados.El allanamiento que realizó la División Homicidios de la Policía Federal en el estadio José Amalfitani le generó un enorme dolor de cabeza a la dirigencia de Vélez. Si bien la visita de los especialistas estaba destinada a recoger mayores pistas que pudieran esclarecer la muerte de Diego Bogado tras el partido con Emelec, se encontraron con una sorpresa increíble.
En un subsuelo de las instalaciones del club, pegado a la sala de máquinas, con alarma activada y un acceso restringido a cualquier persona (incluso empleados de la institución), los efectivos hallaron un salón que literalmente era propiedad de La Pandilla de Liniers y donde solamente podían ingresar los miembros del grupo más caracterizado de la hinchada del "Fortín".
¿Cómo llegaron a la conclusión? Cuando la Policía intentó entrar para investigar la zona, acompañada por empleados de la entidad, no pudieron ingresar porque nadie tenía conocimiento de la clave para abrir la "pesada" puerta del lugar. Finalmente, hubo que llamar a uno de los jefes de la "Barra" para que concediera la información y pudieran verificar qué había en ese espacio.
Banderas, trompetas, bombos, redoblantes y demás elementos que suelen portar los violentos en cada partido de su equipo, pero el hecho muestra a las claras la relación entrecha entre los barrabravas y los dirigentes del club, quienes se vieron más comprometidos en su situación por esto.
La defensa de la Comisión Directiva apuntó al conocimiento que tenía el organismo de seguridad de la Capital Federal sobre la existencia de este salón, incluso indicando que estaba habilitado para que dichos elementos no se guardaran en otro destino, lo que significaría un peligroso traslado para los encuentros. Pero esta dependencia desestimó la idea de un acuerdo, aunque sí admitió que no hubo clausura porque no había objetos prohibidos.
Como manotazo de ahogado, Vélez pidió una reunión con el Ministerio de Seguridad para solicitar ayuda en la lucha contra los violentos, aunque ahora deberán brindar explicaciones convincentes tras lo ocurrido ayer. En el medio, la muerte misteriosa de otra persona que todavía no pudo ser resuelta, con sus familiares peleando por no ser nuevas víctimas de la impunidad que rodea al fútbol.
Fuente: Playfutbol
Editado por Pelu Gomez
@peludariogomez
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