Un pequeño jovencito argentino de tan solo 17 años deslumbraba a propios y extraños en España. Se trataba de Lionel Messi, el diminuto 'genio' de las inferiores del Barcelona que "en las prácticas a los defensores los pasaba como postes", según relataban sus propios compañeros. Tal era la habilidad de aquella 'Pulga', que en 2004 la Selección de aquel país intentó seducirlo para representarlos a ellos, pero el pequeño confió en que su gran 'zurda' despertaría la atención de sus compatriotas y podría vestir la 'Celeste y Blanca', por lo que desechó la propuesta.
Fue entonces que logró su gran sueño y pudo representar a su país de origen ése mismo año. Luego tuvo un muy destacado desempeño en el Mundial Sub 20 de 2005, competencia en la que fue premiado con la Bota de Oro por ser el máximo goleador con seis tantos y con el Balón de Oro por ser el mejor futbolista del Mundial.
Esa gran actuación le dio la posibilidad de saltar al combinado mayor de la mano de José Pekerman. El entrenador argentino lo convocó para disputar un amistoso frente a Hungría en Budapest (más precisamente en el estadio Ferenc Puskas). El día señalado para tener su estreno a lo grande era el 17 de agosto de 2005.
Sin embargo, el debut no fue el ideal. El encuentro no contó con grandes lujos, pero fue la 'Albiceleste' quien abrió el marcador a los 19 minutos gracias al tanto de Maximiliano Rodríguez. Pero la alegría no duró demasiado, ya que apenas diez minutos después el combinado local llegó al empate parcial por intermedio de Torghelle.
Recién en el complemento, Argentina logró recuperar la ventaja cuando Gabriel Heinze marcó de cabeza el 2-1. Ya con el marcador a favor, Pekerman decidió que era el momento del 'bautismo' de Lio y a los 18 minutos lo mandó al campo de juego en reemplazo de Lisandro López.
Pero nadie imaginó lo que podría suceder: apenas 30 segundos después de ingresar, la 'Pulga' recibió el balón y, tal como acostumbra, inició su ataque de cara al arco ante la 'molesta' defensa de Vilmos Vanczák, quien intentó frenarlo tironeándolo de cuanta prenda podía agarrarse, mientras el hábil zurdo intentaba sacárselo de encima a los manotazos. Fue a los 48 segundos cuando el árbitro alemán Markus Merk decidió expulsar al joven debutante, en una decisión por demás exagerada y ante la incesante protesta de todos los argentinos.
De allí en más, los húngaros se adueñaron del protagonismo, pero no pudieron revertir el marcador, que terminó con victoria argentina. Pese a su fatídico estreno,Messi tendría revancha y le darían una segunda oportunidad a menos de un mes,el 3 de septiembre, cuando fue citado para medirse ante Paraguay por la Eliminatorias Sudamericanas.
Fuente: Playfutbol
Editado por Pelu Gomez
@futbolfanof
0 comentarios:
Publicar un comentario