Se podrá hablar de defensas férreas, de distintos sistemas tácticos, de la mayor posesión de la pelota, del estilo de juego, del protagonismo de un equipo o no, pero hay una máxima tan antigua como este deporte que no envejece: en el fútbol se gana con goles. Casualidad o no tanto, la mayoría de los clubes que ya piensan en el 2014 le apuntan, al momento de hablar de refuerzos, al famoso 9 que la meta. Será motivo de discusión la característica de ese delantero puntual. Si sale mucho del área para pivotear o para armar juego, si le gusta tirarse a los costados, si es el típico rebotero, si es el que genera los espacios para que defina algún compañero, si es letal de cabeza, si le pega con las dos piernas por separado o juntas... La cuestión es que los equipos del fútbol argentino tienen en sus planes la contratación de ese jugador que dé el pase más lindo: a la red.
Ahí está River, por ejemplo, interesado en repatriar a un 9 hecho y derecho como Cavenaghi. Un goleador de otros tiempos que genera nostalgia después de un semestre en el que el tan buscado Teo Gutiérrez jugó más afuera que adentro del área. También aparece San Lorenzo, el campeón, que pretende reforzarse para encarar un año con muchas competencias y piensa en Blandi, cosa de tener mayor presencia cerca del área contraria. A ellos se les suma Racing, con un Mostaza que busca un socio para Vietto pero que juegue ahí entre los centrales, como Zapata o Pratto. O el propio Independiente, que más allá de tener a Parra, observa el mercado para darle el gusto a De Felippe, que pidió a Pavone.
El promedio de gol en el último torneo bajó con respecto a los dos anteriores. Esa merma en la contundencia alertó a cada club en particular. De ahí la coincidencia en el diagnóstico y la búsqueda de un goleador. Además, el hecho de que en este receso cada equipo puede reforzarse sólo con dos futbolistas obliga a los dirigentes a no fallar con las incorporaciones. A todos los une el mismo objetivo: traer un goleador les Nueve el piso.
Fuente: Ole
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