El presidente de All Boys, Roberto Bugallo, reconoció la connivencia de directivos de clubes de fútbol con hinchas radicalizados sobre quienes agregó: "Se vuelven imposibles de controlar"
La salida de Antonio Mohamed como técnico de Independiente y, sobre todo, los motivos por él expuestos para explicar la situación, no hicieron más que poner en evidencia la relación dirigencia-barra que suele abundar en el fútbol argentino.
En este contexto, el presidente de All Boys, Roberto Bugallo, reconoció: "Todos los dirigentes del fútbol conocemos a los barrabravas y hablamos con ellos. Lo que pasa es que en algunos los clubes se vuelven incontrolables, terminan manejando las instituciones y tienen más peso que los propios directivos".
Aclaró, sin embargo, que en su club contratan seguridad privada para limitar el movimiento de los hinchas más radicalizados, con lo cual indicó que los requerimientos de los barras del "Albo" son manejables: "A lo sumo nos piden una camiseta para sortear, pero nosotros les aclaramos que si provocan algún disturbio, lo único que van a provocar es que el club se perjudique".
Bugallo expresó, además, que el mensaje de la dirigencia hacia los jugadores es el del diálogo ante cualquier inconveniente, a la vez que descartó la utilización de la barra como fuerza de choque ante conflictos.
"Ellos saben que no les va a pasar como a jugadores de otros clubes a los que sus dirigentes les mandan los barras a los vestuarios para apretarlos. Acá todo se habla", sentenció.
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