La Volpe dictó clases de fútbol en Luis Guillón: paró el táctico varias veces para instalar su idea al plantel.
Una de las mejores cosas que tiene Ricardo La Volpe no es su idea, sino cómo la transmite. Su forma de explicar, buscando interactuar con los jugadores, interrogándolos acerca de las directivas previamente manifestadas y haciendo analogías con ejemplos cotidianos para volver el concepto un poco más entendible. Porque el Bigotón no da órdenes, enseña. Al menos es lo que hizo en su primer trabajo táctico al frente del plantel de Banfield: dictó una clase en la cual buscó contagiar al equipo con su credo futbolístico.
Sus mini monólogos se repartieron a lo largo de todo el trabajo táctico, en el cual puntualizó varios conceptos, sobre todo en la salida del fondo. Como indican los manuales, La Volpe comenzó a moldear a su equipo de atrás hacia adelante. Primero reunió a 12 futbolistas (los titulares más Gómez) y dialogó con ellos. Luego, repartió las pecheras: los volantes y delanteros vistieron de rojo, mientras que de verde estuvieron los defensores que casi seguro jugarán ante Arsenal (Delfino, Dos Santos, López y Tagliafico). El Bigotón trabajó con esa docena de jugadores, mientras los suplentes trabajaban aparte con Flavio Davino. La idea era que la defensa avanzara por abajo y con posesión de pelota, casi siempre con Víctor López como el cerebro de la maniobra trasladando la redonda hasta el medio para que un volante central se liberara y, así, facilitar la circulación del juego. Eso sí, para Ricardo, el pelotazo parece ser la última opción. De hecho, cuando Ladino tiró uno, el DT deslizó una frase inaudible a la distancia, pero que hizo sonreír al lateral. Claro que los pases largos y al hombre sí son una alternativa válida para acomodar las líneas.
La Volpe conjuga experiencia con didáctica. Y esa combinación tuvo como resultado consejos algo risueños, como el que le dio a Delfino. “Vos acá, si lo tenés al volante tapado, ¿qué hacés? (...) Claro, vas por el medio. Pero si se te viene la noche y te llegás a nublar, como en esas noches de lluvia donde estás en la ruta con el coche y no se ve nada... Ahí es mejor perderla allá (indicando con el índice el fondo de la cancha). Acá no te hagás el Beckenbauer”, le recomendó. Después, le remarcó conceptos a Tagliafico, a quien le pidió que desborde hasta el fondo, y también felicitó a Achucarro cuando el punta se soltó por afuera. “Bieeen, que el lateral se vaya bonito, bieeen”, subrayó. Una lección de fútbol de parte de un bigote maestro...
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