Iván Vélez fue borrado por Ramón y se iría a fin de año, pero no critica al DT. Conocé cómo piensa este Atleta de Cristo que pierde el puesto pero no la paz. Un distinto.
Iván Vélez jugó sólo dos partidos desde que llegó Ramón Díaz (con Colón y Liga allá) luego de haber tenido una cierta regularidad con Antonio Mohamed. En los últimos tres encuentros fue titular pero en la Reserva. Ahora que Julián Velázquez, que actúa de lateral derecho pese a no ser su puesto natural, sale del equipo, el reemplazante sería otro zaguero central (Eduardo Tuzzio se correría a la banda para el ingreso de Carlos Matheu). Muchos jugadores, en su lugar, volarían de la bronca por estar en el freezer. El colombiano, sin embargo, mantiene esa enorme paz que siempre transmitió desde que llegó a Independiente, a principios de este año. Eso no significa que le dé lo mismo porque se nota, en la charla , que tiene muchas ganas de contar con otra oportunidad. Pero su forma de ver las cosas, que lo aleja tanto de la media del futbolista argentino, sumado a su creencia religiosa hace que transite este mal momento con una calma espiritual que asusta, bien lejos de cualquier polémica y bien cerca de la aceptación de la realidad. Con ustedes, un distinto.
-¿Cómo te sentís? -Algo triste por no jugar pero convencido de que siempre se sacan cosas positivas de algo negativo. Lo manejo con madurez, sin volverme loco, pese a ser algo nuevo en mi carrera. Gracias a Dios, tengo a mi mujer y a mi hija de diez meses que me alegran la vida. Llegar a mi casa luego de entrenarme y ver crecer a mi niña hace que la tristeza se me vaya rápido. Es duro todo esto porque uno tiene la ilusión de triunfar en este club, pero, como nos decía Mohamed, el fútbol no empieza ni termina en Independiente.
-Suena a despedida...
-Es que veo difícil seguir acá después de diciembre, cuando vence mi contrato. Soy realista. Si no juego, si no tengo una oportunidad, ¿por qué el club optaría por hacer uso de la opción o renovar mi préstamo? Soy un hombre muy aferrado a Dios y tengo fuerza para manejar esta situación.
-Quedan seis fechas. ¿No mantenés la esperanza de revertir esto?
-Nadie me quita la pequeña ilusión de volver a jugar en lo poco que queda y dar vuelta la historia. Pero sé que es bien difícil. Ni siquiera estoy entre los concentrados así que...
-Tuviste pocas oportunidades. ¿Estás con bronca con Ramón Díaz?
-Bronca, no. Para nada. El es el entrenador, el que toma las decisiones, y yo las acepto por más que las comparta o no. Fue una decisión de él y yo no soy quién para juzgarlo.
-¿El te explicó en algún momento el motivo?
-No. Uno por ahí espera que vengan a buscarte y que uno pueda dar su punto de vista. Pero sé que hay entrenadores que hablan más y otros menos. En este caso, Ramón no ha hablado conmigo.
-¿Esa actitud tampoco te molestó?
-Son formas de ser. Si yo fuera entrenador, quizá tendría más diálogo con mis jugadores. Pero es por cómo soy yo. Me interesaría cómo vive, qué le pasa, me interesaría más por la persona, más allá de lo que yo pretenda de él como futbolista. Pero entiendo que es difícil manejar un grupo grande de jugadores. El ha salido campeón con River, con San Lorenzo y tendrá su estilo. Yo lo respeto. Lo que pretendo de un entrenador es que me trate bien. Y si bien no tuve diálogo, tampoco nadie me ha maltratado.
-¿Tampoco tuviste charlas futbolísticas?
-He hablado con Ramón y con Seba (Rambert) luego del partido con Colón sobre esas cuestiones del juego. Ellos me dijeron que buscaban que el equipo tuviera mayor intensidad y agresividad. Pero no agresividad para pegar patadas sino para ganar el partido.
-En tu autocrítica, ¿sentís que no jugaste más por no tener esa agresividad que pedían?
-No lo veo de esa forma. Sé de mis falencias. Soy un marcador lateral que no se caracteriza por marcar de manera aguerrida, no es tan duro mi juego, eso de ir a trabar... Lo mío es tratar de anticipar al rival por mi vocación ofensiva. Pero creo que la actitud es algo que no me ha faltado.
-Tu característica es pasar al ataque pero no se te dio el gol. Y te perdiste algunos increíbles...
-Sí. Contra Inter en la Recopa o contra Banfield. Jugadas que las vuelvo a ver y no puedo creer cómo no fueron goles. Creo que si lograba marcar uno o dos goles, la gente hoy me vería con otros ojos. Como el 4 que va y llega al gol. Pero no tuve esa fortuna.
-¿Vos pediste jugar en Reserva?
-No. Fue una decisión del cuerpo técnico. A mí me parece bien porque me permite mantenerme en ritmo de juego.
-¿En qué te sirve ser Atleta de Cristo en una situación así?
-Me sirve mucho. Sólo Dios sabe por qué me trajo por este camino. Seguramente es para fortalecerme. Si esto lo tomo para bien mío, los frutos tarde o temprano se verán. Quien obra bien, bien le va en la vida. Como me dijo uno de mis compañeros de fe, todo lo que sucede, conviene.
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