Gimnasia y Esgrima de Jujuy resignó una inmejorable oportunidad de prenderse definitivamente en la lucha de los de arriba al caer en condición de local ante Douglas Haig de Pergamino por 2 a 0. Gioda y Mazza marcaron los goles del conjunto del Reynaldo Merlo, que sigue en franco ascenso.
No había pasado ni un minuto de juego cuando Miguel Fernández ya había estrellado su derechazo contra el palo izquierdo de Álvarez y todos supusieron que sería una tarde benigna para el conjunto local. Solo fue un espejismo, porque bastó que Levato, Marcolongo y Ponce hicieran pie en la mitad de la cancha para que de a poco se fueran apoderando de esa fracción del partido para dar el golpe. Para ello contaron con la inestimable colaboración de Ignacio Sanabria, que redondeó el peor partido de su vida y todo en tres minutos: primero quiso jugar atrás con su arquero Hoyos, pero su pase término siendo un remate franco que obligó el mejor esfuerzo de su compañero y ahí nomás, cometió una infantil falta sobre Mazza,cuando estaba apretado por la línea y el banderín del córner, de espaldas a la cancha. De esa jugada vino el tiro libre que Gioda convirtió con un cabezazo limpio, inalcanzable para Hoyos.
Conseguido el primer objetivo, Douglas se replegó y le regaló campo y pelota al local. Pérez Tarifa y Miguel Fernández estuvieron muy cerca de marcar, incluso el disparo de Fernández se fue "besando" el palo. Mostaza leyó bien el partido, se paró de contra y mandó a Marcolongo a hacer "hombre a hombre" a Claudio Fileppi y así le quitó fútbol al equipo de Mario Gómez, que apeló a la lucha de Vittor y los envíos de Pier Barrios. Sobre los 28 minutos Levato exigió a Hoyos y a los 35 Marcolongo cabeceó sin convicción a las manos del arquero.
En el arranque de la complementaria Marcelo Bergese ingreso por el nervioso Sanabria, intentando abrir la cancha, pero fue bien absorbido por Achucarro, perdiéndose en la intrascendencia del juego de todo Gimnasia.
Si Mario Gómez es un especialista en "jugar a no jugar" cada vez que sale de visitante, hoy recibió una sopa de su propio chocolate, porque Merlo llegó para sumar y sabe cómo hacerlo, metiendo seis hombres en defensa con doble cinco y Mazza solo para la contra.
Si en el fútbol se pagara por "trabajo a destajo", Gioda, González, Soto y Achucarro deberían recibir doble salario. Un pasito más atrás Levato y Ponce reclamarían su parte. Marcolongo se comió a Fileppi y para completar, Mazza pescó a los 33 un largo rechazo de su defensa y definió sobre la salida la Hoyos.
La imagen final de Mario Gómez mirando el piso sin decidir el tercer cambio lo dibujó todo. Ganó el que fue más oportuno. Hizo el gol y le transfirió al rival la obligación y el gasto del partido. Perdió el que no sabe remontar un resultado adverso y se quedó sin nafta en el sprint final.
Si para Fito Páez "Rosario siempre estuvo cerca", Jujuy está demasiado lejos.
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