Las duras declaraciones de Santiago Silva, Emiliano Albín, Christian Cellay y Walter Erviti revivieron viejos-nuevos problemas que se sufrían en la cocina del vestuario de Boca. Ya no está Palermo para enfrentarlo a Riquelme, sin embargo las disputas internas siguen. Carlos Bianchi realizó su ‘limpieza’ y Daniel Angelici no para de aclarar que ‘los trapitos se lavan en casa’. La gran incógnita es, sin los marginados, ¿quedó resuelto el problema?Cuando se confirmó el retiro de la práctica de fútbol de Martín Palermo, mucho se especuló con el vestuario de Boca. Una constante de los últimos años que mostraba a dos de los máximos ídolos de la historia enfrentados y conviviendo. Pero el “Titán” colgó los botines, por eso la tranquilidad volvería a reinar, habrán pensado muchos. Sin embargo, la interna sigue igual de feroz que en el pasado.
Hoy por hoy se encuentra Juan Román Riquelme como el ‘gran’ dueño del vestuario. Con muchos pergaminos encima, siendo el ídolo de la institución y con el clamor popular, el “Diez” es quien manda. Sin embargo, hubo un hecho puntual que se vivió cuando Román decidió alejarse del club, luego de la final de la Copa Libertadores perdida a manos del Corinthians.
Su salida y profundas críticas “como hincha”, no cayeron bien en un vestuario que se empezaba a rearmar con nuevos referentes. Los “Falcionistas” como Santiago Silva, Walter Erviti y Leandro Somoza, sumado a Agustín Orión, pasaron a ser los líderes. Claro que al regresar Riquelme debió dar explicaciones. “Declaré como hincha”, se escudó el enganche. Pero ya nada sería igual.
Fue así como de a poco todos los jugadores que no encuentran el respaldo necesario de Riquelme se fueron alejando uno a uno. Algunos porque no le renovaron (caso Leandro Somoza), otros porque no lo tendrán en cuenta (Santiago Silva) y otros por decisión propia (Walter Erviti). También están los que no rindieron como Emiliano Albín y Christian Cellay, pero todos ellos con un denominador común: molestos con cómo se maneja el vestuario.
Así, una a una empezaron a aparecer las declaraciones ‘picantes’ que sin nombrarlo iban direccionadas a Juan Román Riquelme. También a Carlos Bianchi, quien guarda un profundo respeto por el “Diez” y es el intocable del equipo, más allá de que declare que el que se encuentre bien va a jugar.
Primero fue Santiago Silva, lo siguió Emiliano Albín, Christian Cellay y hace poco Walter Erviti. Es cierto que todos los juveniles y los salidos de la cantera (Lucas Viatri, Juan Sánchez Miño, Guillermo Fernández, Leandro Paredes, etc) coinciden en el apoyo de Riquelme hacia ellos. Pero también hay que decir que ‘los más grandes’, los que en su momento se perfilaban para tomar la posta en un vestuario siempre caliente no piensan de tal manera.
Sin polemizar, sin entrar en discordancias con sus dirigidos, Carlos Bianchi también eligió. De a poco, fue limpiando un vestuario y prescindiendo de los que luego terminarían declarando con munición gruesa. Sin embargo, ahora aparece la figura de Daniel Angelici quien, junto a otros dirigentes, se muestra cansado de estas disputas internas y no se cansa de aclarar que “los trapitos se lavan en casa”.
Ya sin los marginados o los enfrentados con Riquelme y compañía, ¿quedó resuelto la interna en el vestuario?
Fuente: Playfutbol
Editado por Pelu Gomez
@futbolfanof
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