El conjunto rojinegro logró ser sólido en defensa, tuvo juntas sus líneas y con bases en ser ordenado desde lo táctico, fiel a los equipos de Mostaza, fue trabajando el partido para conseguir una victoria siendo oportuno en las oportunidades de gol que generó.
En un primer tiempo, donde los de Merlo habían encontrado dominar el desarrollo del encuentro pero sin ser demasiados profundos en los últimos metros. Claro está, la Lepra mendocina fue un rival demasiado timorato y falto de audacia para poder inquietar al local y eso facilitó el trabajo de Douglas.
El Milan de Pergamino golpeó en un momento clave, cuando el 0 a 0 parecía que iba a ser la chapa con la que se irían al entretiempo, Pablo Mazza le dio el primer grito a los locales cuando iban 44 minutos. Todo un baldazazo de agua helada para los de Fernando Gamboa.
Más duro fue el golpe cuando en apenas seis minutos, Leandro Gioda ganó desde lo alto y su cabezazo venció la resistencia de César Taborda. Ahora sí, con la ventaja de dos goles a su favor, los muchachos de Mostaza se apegaron a un libreto que el peculiar DT sabe a la perfección.
Agigantado por el resultado, Douglas Haig fue aún más compacto y para los mendocinos fue todavía más difícil llegar hasta el arco de Guillermo Álvarez. El elenco rojinegro logró borrar de la cancha a su rival, lo maniató y sobre el final del encuentro, lo liquidó.
Nuevamente Gioda, otra vez de cabeza, para poner el 3 a 0 cuando iban 37 minutos del complemento. Para colmo de males, apenas 120 segundos después, Walter García vio la roja en la visita, lo que genera aún mayores dolores de cabeza para Gamboa.
Creer o reventar, el técnico debutó y ganó, en un equipo que ya ni se acordaba como era (la última victoria fue por la fecha 11, 3-1 como visitante ante Central). Mostaza Merlo revitalizó a un plantel que se veía condenando al descenso pero que ahora se anima a soñar con que "paso a paso" puedan quedarse en la B Nacional.
Fuente: Solo Ascenso
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