El fútbol cada tanto nos depara alguna que otra sorpresa. Es que de eso
se alimenta este deporte y lo hace el más emotivo de todos. El suspenso,
el asombro constante, la falta de lógica por momentos, la imprevisión y
hasta lo imposible forman parte de la batería diaria de características
que podemos ir agregando día tras día, año tras año, a esta disciplina
tan similar a nuestro comportamiento social como seres humanos. Es
quizás por esto que el fútbol sea un deporte tan popular, por la
seguridad de lo inseguro, por la espera de lo inesperado. Así como la
historia de la Grecia antigua, la historia del fútbol se compone tanto
de éxitos y hazañas como de fracasos y tragedias. Tal vez más de unos
que de otros. Lo cierto es que todo gran pasado y presente posee su
necesaria cuota de dramatismo y tristeza por el sabor amargo de la
derrota, que engrandece aun más la historia de un club, un jugador o un
país.
Los
casos de los llamados “equipos grandes” que han sabido lo que es el
abismo del descenso ya suman más de una decena. Queda para otro momento
la discusión de a que club le agregamos el mote de “grande”; lo cierto
es que así se denomina comúnmente a aquellos equipos con un rico pasado
en cuanto a logros y proezas, independientemente de su posición actual
que puede variar notablemente con respecto a los éxitos de antaño. Pero
esto último lo dejaré para la segunda parte de esta nota donde retomaré
el tema. Comencemos a recorrer este camino allá lejos en el tiempo
hasta la actualidad, y llegar a la indefectible conclusión que, como
dice el dicho, un tropezón no es caída; es más, para muchos clubes -como
veremos- ese paso hacia atrás representó el comienzo de una historia
muchas más gloriosa que la que hasta entonces parecía marcar su
porvenir.
El fútbol inglés es un caso muy particular donde se encuentran el mayor
número de clubes que han alcanzado la cima de Europa y que, a su vez,
han sufrido en carne propia el fuego del infierno. Inglaterra es el
único país donde todos los clubes de Primera División han descendido,
con una particular excepción: el Wigan Athletic, que desde su ascenso en
2005 a la Premier League no ha perdido la categoría hasta la fecha. A
diferencia de lo que sucede en el resto de los países donde se practica
el fútbol, en Inglaterra nadie se podrá enorgullecer de nunca haber
visto a su equipo en la Segunda o hasta Tercera División. Ni siquiera
los máximos campeones como Manchester United, Liverpool, Arsenal,
Everton o Aston Villa poseen este privilegio.
Bill Shankly. El hombre de la nueva era en Liverpool. |
Llegando a la mitad de la década del ’50 nadie
hubiera pensado en la gran ciudad de Liverpool que luego de su
auspiciosa fundación en 1892, el club más popular jugaría nada más y
nada menos que 8 años en la Second Division. Efectivamente fue así.
Luego de una desastrosa campaña en 1954 el Liverpool FC descendía de
categoría ante la incredulidad de sus hinchas que no podían asimilar
cómo un club que, ya a esa altura, había logrado cinco títulos de liga
pudiera caer tan estrepitosamente. Las campañas en el ascenso inglés no
fueron ni una, ni dos, ni tres, sino siete, logrando finalmente ascender
en 1962 luego de una racha que algunos podrían titular de mala suerte
al alcanzar varios y sucesivos terceros puestos. Tres años antes, en
1959, entraría en las oficinas de Anfield Road
la persona que cambiaría la historia del club para siempre: Bill
Shankly. Con él, Liverpool no sólo logró volver a la máxima categoría
sino que también alcanzó la cumbre de su país y de Europa. 3 Ligas
Inglesas (’64, ’66 y ‘73), 3 Community Shield (’64, ’65 y ‘66), 2 F.A.
Cup (’65 y ‘74) y la Copa EUFA de 1973, fueron los títulos que
comenzaron a engrosar la multitudinaria vitrina de Liverpool. Para los Reds, el
descenso no sólo significo el fin de una era sino también el comienzo
de la época dorada del club que se mantiene hasta nuestros días.
Aquel 27 de abril de ese año, en el mítico Old Trafford, se viviría uno de los momentos más curiosos de todos los tiempos. Los Diablos Rojos
llegaban a la última fecha con chances de descender si no lograban una
victoria. En frente, nada menos que el clásico rival local: el
Manchester City. La ruleta en que muchas veces se transforma el destino,
ubicaría dentro del campo de juego a una de las mayores glorias del
United enfrentando, justamente, al equipo que lo vio en lo más alto.
Denis Law (el de los Busty Babes),
segundo máximo goleador de la historia de los rojos con 237 goles luego
de Bobby Charlton, se encontraría en el momento menos indicado y en el
lugar en el que nunca hubiera querido estar. Promediando la segunda
parte, iría a parar a sus pies el balón que sentenciaría la suerte de
los suyos. Al menos así se sintió en ese momento dado que no atinó a
pronunciar gesto de festejo alguno. La cabeza mirando el piso durante el
resto del encuentro daría la muestra clara del momento por el que
pasaba el delantero que lo llevaría, incluso, a anunciar su retiro de
las canchas una vez finalizado el encuentro.
Momento paradójico si los hay en la historia del fútbol mundial resulta
este que pasaré a contarles a continuación. También ocurrido en
Inglaterra aunque a unos kilómetros de la ciudad de Liverpool en la que
nos encontrábamos hace unas líneas. Manchester United no pasaba por uno
de sus mejores momentos promediando la década de 1970. El club había
sabido recuperarse de la mayor tragedia en su historia, aquel accidente
aéreo en Alemania que destruyo una de las mejores generaciones de
futbolistas de la institución. A ella supieron sobrevivir jugadores como
Bobby Charlton y el entrenador Matt Busby, quienes escribieron una de
las páginas más gloriosas luego del incidente. Los Busty Babes, delantera mítica integrada por el propio Charlton,
Denis Law y George Best, serían la piedra angular del equipo que
entraría en la historia en 1968 alcanzado la Copa de Europa por primera
vez para el fútbol inglés. Lo concreto es que ese equipo se
desintegraría años más tarde como ocurre habitualmente en estos casos
dejando al Manchester United sumido en una profunda crisis que lo
llevaría al descenso en 1974 luego de una desastrosa campaña.
El año siguiente traería nuevamente a los rojos de Manchester a la elite
del fútbol inglés para siempre. Ya con el descenso superado, la
institución se prepararía para encarar la etapa más gloriosa de su
existencia. Atrás quedaría aquel 27 de abril, incluso para Denis Law,
perdonado por aquella triste situación y erigido como uno de los grandes
de la historia del club.
Proximamente la segunda parte...
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