Si Riquelme está en condiciones, el que dejará el lugar contra Corinthians es el Burrito Martínez. El jugador no rindió y Bianchi no quiere tocar el medio de la ida.
No se trata de una novedad. Ni siquiera es demasiado llamativo, teniendo en cuenta que en Boca lo único que importa es el hoy, y el ayer es tomado como un pasado lejano -más todavía si las credenciales fueron probadas en otro club. Pero Bianchi, aunque mañana juegue contra San Lorenzo, ya tiene en la cabeza el equipo para enfrentar a Corinthians. Y el que cuenta con grandes chances de salir de los 11 es el Juan Manuel Martínez, el mismo que llegó a principio de año para darle el salto de calidad a Boca. ¿Qué pasa con el Burrito? “Riquelme se entrena para jugar el miércoles. Se muere si no puede estar”, cuentan los más cercanos al 10, optimistas acerca de su preparación para superar el desgarro y volver a jugar. De su recuperación dependen las posibilidades de Martínez de poder ir desde el arranque en Brasil contra su viejo conocido (el Timao fue su casa antes del desembarco en La Boca). No por incompatibilidad para jugar juntos (de hecho, lo hicieron así en la mayoría de los partidos) sino porque la intención del Virrey es mantener en el mediocampo los intérpretes que pudieron anular a los brasileños en la Bombonera. De esta manera, si Erbes, Somoza, Erviti y Sánchez Miño son titulares (así jugaron en la práctica formal de fútbol de ayer junto a los que fueron reservados), sólo quedaría lugar para uno más -Blandi, a fuerza de goles, es número puesto-. En el entrenamiento, ese lugar fue ocupado por Fragapane, ya que el 7 está con una fatiga muscular en el isquiotibial izquierdo y el 10 entrenando diferenciado (trotó junto a Clemente). Pero si Román está en condiciones, para Bianchi es inamovible.
¿Cómo pasó un jugador de ser el refuerzo estrella a carta de cambio antes de un partido tan importante? En primer lugar, porque el cambio de esquema (de 4-4-2 a 4-4-1-1) lo perjudica. Después, porque nunca pudo repetir lo que había mostrado en Vélez como para hacerse dueño de un lugar. La incorporación que encabezaba la lista de prioridades en el verano era él, ya que encontrar un jugador que acompañara al delantero de área (primero fue Silva, después Viatri, ahora Blandi) era una de las bases que había sentado Bianchi en las charlas previas a su regreso. Con Acosta en deuda por nivel y lesiones, Martínez fue el elegido. Pero tras un verano a la altura de las expectativas (la rompió contra Independiente en su debut), no pudo repetir en los partidos oficiales. Sus gambetas despertaron a los hinchas contra Quilmes y Toluca, aunque luego se fueron diluyendo. Sólo convirtió un gol (contra Barcelona) en 15 partidos y su rendimiento fue de mayor a menor. Lógicamente, el crédito por el jugador que costó cerca de 3 millones de dólares por el 50% del pase sigue abierto, ya que al igual que el resto de los delanteros padeció la falta de generación de juego del equipo. “Está acostumbrado a encarar mano a mano y los rivales se encierran para enfrentar a Boca”, lo defiende uno de sus compañeros. ¿Aprovechará Bianchi su capacidad contra un equipo obligado a atacar? Por ahora, parece un 7 sin Copas...
Fuente: Ole
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