lunes, 19 de marzo de 2012

La familia Abal vive una gran pesadilla: recibe amenazas de muerte y bombas en su casa


La familia Abal vive una gran pesadilla: recibe amenazas de muerte y bombas en su casa

Tras la equivocación del árbitro en el juego entre San Lorenzo y Colón, comenzó el "calvario" para sus familiares, que fueron amenazados gravemente y se sienten inseguros en su propio hogar. “Lastiman a una familia que pasó cosas graves y no es justo, no piensan, no les importa una mierda”, dijo Pablo, hermano del juez, entre lágrimas y con la garganta cerrada

“La estamos pasando muy mal, fuimos amenazados de muerte y nos advirtieron que pondrán una bomba en nuestra casa”, dijo con voz al borde del llanto, Pablo Abal, hermano mayor de Diego, árbitro del encuentro entre San Lorenzo y Colón, que terminó 1 a 1 por el polémico empate del visitante, en los pies de Ariel Garcé, tras una posición adelantada de Federico Higuaín, quien dio la asistencia.


Posteriormente, la furia de los hinchas de Boedo fue tal que amenazaron directamente al juez en la cancha y de hecho obligaron a una salida cubierto por patrulleros que celaron por su seguridad. Horas más tarde, los teléfonos celulares y direcciones personales de Abal fueron publicadas en foros de San Lorenzo y los propios simpatizantes “azulgranas” continuaron –en forma más directa- con las amenazas a él y su familia.


En diálogo con Un Buen Momento de Radio La Red, el hermano, que vive con su madre, afirmó desconsolado: “En mi vida había vivido algo así, están lastimando a una familia que pasó cosas graves y no es justo. Mi vieja tiene hipertensión y tuvo que ir al médico, pero no piensan, no les importa una mierda”. Y continuó: “Si se equivoca, se equivoca, es un laburo. Esto fue creado por el mismo club. Yo sé que él no es mala leche, se ensañan con eso y no entienden que hay una familia de por medio”.


“Están todos enfermos, también los que salen al aire a decir cosas cuando ya no están en una cancha. Es muy pesado esto, no nos gusta nada”, manifestó, y luego reveló su sentimiento al ver los disturbios en el estadio del Bajo Flores: “Lo vi como un pollo mojado que lo podían cagar a palos y se me cruzaron mil cosas por la cabeza. Me dieron ganas de ir a la cancha a taparles la boca a los que le echan la culpa”.


Por último, Pablo recordó que tuvo que cerrar una cuenta de Twitter al ser identificado tras la expulsión de su hermano al “Chori” Domínguez en un superclásico de verano y ser amenazado posteriormente y sentenció: “Pasó por algo muy feo, se puso a entrenar a los dos días y ahora tiene que pasar por esto”, refiriéndose a la pérdida de su bebé hace algunos meses.

Fuente: Playfutbol

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